De mi pasión por el desarrollo del ser humano, de su conocimiento y crecimiento de toda su potencialidad, creo el Centro Ayuda-t Psicología, un espacio dedicado para ti, que decides que no puedes continuar como hasta ahora y quieres dar un giro a tu vida.
AYUDA-T Psicología porque en ti están las herramientas necesarias para obtener el cambio y el bienestar que buscas.
Mi método es un proceso de psicoterapia breve. Un método integrador y altamente efectivo en el que de acuerdo a tus características únicas como persona utilizo aquellas herramientas y técnicas más útiles para ayudarte en el cambio para resolver los problemas ya sean de índole emocional, cognitivo, conductual o psicosomático.
Los pilares de este método son:

Compasión es la sensibilidad y apertura al sufrimiento propio y el de los demás unida a la  motivación de aliviarlo y prevenirlo. Involucra 2 aspectos interrelacionados, por un lado, acercarse, comprender y relacionarse con el propio sufrimiento y el del otro. Y por otro lado, la motivación para prevenir y aliviar el propio sufrimiento y el del otro.

Los puntos sobre lo que trabajamos en una psicoeducación sobre el nuestro “complicado” cerebro, basado en la mente evolutiva de la especie. Con un modelo muy clarificador de la regulación emocional con un foco especial en las emociones vinculadas con la afiliación asi como el trabajo con las emociones de la auto‐crítica, la vergüenza, la culpa. Incluyendo el trabajo con los miedos, los bloqueos y las resistencias.

Es una terapia focalizada en el cuerpo y en la mente, promoviendo habilidades para que el cuerpo pueda calmar la mente mediante la respiración, la postura, la voz y acciones. Y la generación de cambios en la mente para calmar el cuerpo por ejemplo utilizando la imaginación (visualizaciones).

Los objetivos de la terapia centrada en la compasión son  construir la capacidad compasiva para ayudar a reorganizar el sistema de amenaza de la persona. Desintoxicar y sanar el sistema de calma y afiliación. Reducir la evitación experiencial. Mejorar la relación consigo mismo (disminución de la autocrítica y aumentarla capacidad de autoapoyo). Mejorar la relación con otros. Mejorar el control de impulsos. Mejorar el bienestar general y reducir síntomas desarrollando las capacidades compasivas. Cultivando el Yo compasivo como guía para la vida. Vinculando la compasión a los valores y objetivos de la persona.

E.M.D.R. es una técnica de desensibilización y reprocesamiento por los movimientos oculares (estimulación bilateral)

El objetivo del E.M.D.R. es desensibilizar y reprocesar las experiencias adversas o traumáticas pasadas y resolver las emociones asociadas que nos hacen sufrir, junto con los pensamientos asociados que nos limitan y modificarlos para que podamos tener una mejor calidad de vida y bienestar emocional.

El terapeuta trabaja sobre un foco o diana, del problema o incidente narrado por el cliente previamente, seleccionando los aspectos más importantes y los que más le angustian. La información relacionada con experiencias traumáticas o estresantes no siempre se procesa completamente, sino que a veces, las percepciones iniciales vividas en el momento del suceso, se quedan almacenadas exactamente iguales que en el momento de entra, junto a los pensamientos negativos. El enfoque del E.M.D.R. está basado en el recuerdo de la experiencia o experiencias traumáticas que han contribuido al desarrollo de la patología o del trastorno que presenta el paciente. Es el recuerdo traumático, lo que se trata terapéuticamente. En la trasmutación  de estas experiencias almacenadas de modo disfuncional hacia una resolución adaptativa que favorece la salud psíquica.

La estimulación bilateral se realiza a través de movimientos oculares. El cliente mueve los ojos siguiendo los dedos de la mano del terapeuta. También esta estimulación puede ser auditiva, cuando se le ponen al cliente unos cascos con sonidos alternativos de un oído a otro. Y kinestésica, el terapeuta realiza pequeños toques “tapping” alternativos en las manos o los hombros del cliente.

Mediante el análisis funcional del problema se diseña una estrategia que permita solucionar mediante diferentes herramientas disminuir los síntomas ahora en el presente y prevenir su reaparición en el futuro.

Según propone la Terapia cognitivo-conductual hay una serie de patrones o ideas que adquirimos de nuestras experiencias tempranas las que nos sirven de guía por nuestra vida y que nos proporciona ideas sobre el yo, los otros y el mundo.

Identificar dichas creencias limitantes es primordial para poder realizar una buena intervención personalizada. La modificación de estas creencias por otras más actualizadas y adaptativas hará que podamos cambiar la secuencia pensamiento, emoción y conducta hacía aquellas otras alternativas más saludables de pensamiento.

Mindfulness “Conciencia no-enjuiciadora de la experiencia que ocurre momento a momento, la cual se cultiva prestando atención de una manera específica: en el momento presente y de manera no reactiva” (Kabat-Zinn, 2005 pag.108).

 Una de las posibilidades más sorprendentes de la experiencia humana es la de poder vivir en contacto con el momento presente y acompañarlo, conscientemente, en la medida en que se va desplegando. Esta posibilidad no es solo una idea que podemos comprender a nivel intelectual, o una creencia que podemos adoptar, sino una práctica, un modo de estar, de vivir y relacionarnos con nosotros mismos y con el entorno. La capacidad de «vivir presentes y estar conscientes» no es una aptitud especial que solo esté disponible para algunas personas; es más bien una habilidad que cada ser humano puede desarrollar, cultivar e integrar progresivamente. (Catalina Segu, Gonzalo Brito, Claudio Araya, 2015)

La investigación muestra que, efectivamente, la práctica de mindfulness trae diversos beneficios a quienes lo realizan. En el plano del bienestar mental y psicológico, un aspecto interesante  que la evidencia está mostrando es que la práctica de mindfulness contribuye a cambiar la forma en que se perciben y manejan los sucesos estresantes, transformando también la manera de responder a ellos.

Las investigaciones indican que, a través de la práctica de mindfulness es posible modificar la relación que establecemos con nuestras emociones y pensamientos negativos, en la medida en que desarrollamos la capacidad de “de-identificarnos” de la experiencia, lo que permite afrontar las dificultades de una manera más flexible y adaptativa.

Estas habilidades corresponden a la capacidad de tomar perspectiva y observar los pensamientos, emociones y sensaciones corporales, tanto agradables como  desagradables, sin dejarse llevar por las reacciones automáticas que estos producen, lo que contribuye a la disminución de la tendencia a la «rumiación mental».